SEMBLANZA
José Ruiz Mercado
¿Qué tanto es poco cuando se habla de tiempo? Cuando una obra toma otra lectura posterior a veintidós años tal como si estuviera para hablar de mañana. Siempre habrá alguien que abra las compuertas.
1973 es el año de la apuesta primera. De la identidad callada, la descubierta. Un caminar como un peregrinaje hacia cualquier puerto. La vida es eso. Un caminar con una meta, se desconoce el camino, se cree saber el punto fijo, sólo que, conforme transitas, lo fijado cambia.
La visión ganada por cada individuo no responde a la totalidad. Cada uno somos la suma de esas partes. Brincamos, saltamos, nos escondemos en ocasiones. Hace falta un remanso, una oscuridad en la sala para descansar la vista y el espíritu.
En otras vale la emoción de volver a correr, saltar, brincar, dar la cara al sol y sus reflectores. Se está cargado de energía. El tiempo de vigilia termina. Los libros, las lecturas, enfrentarse al mundo para decidir estar presente en el ahora.
Hoy me presento de nuevo al mundo como en una historia de vida; comento de los libros, los artículos, los apuntes en la cortedad del tiempo. No hay cuenta cuando se dice cincuenta para voltear los ojos a la esperanza.
A la esperanza de haber cumplido con la misión de la escritura. Reconocer a quienes he acompañado, agradecer con quien ha aceptado transitar unidos. Nadie nos damos solos. Formamos parte de un conjunto, aunque en ocasiones sentimos el desierto.
Releer en otro espacio lo publicado con anterioridad presiente la cualidad de otras lecturas, otra simbolización, otro crecimiento, pudiera decirse, o sencillamente otra estructura lectora. Leo a unos años unas líneas hechas poesía y me reencuentro.
Cincuenta años me siguen. No me pesan. Al contrario. El reconocerme como parte de un grupo. Como individuo en alianza con un grupo. Como parte de una sociedad que crece, en ocasiones se detiene, atrasa, rebasa, cuestiona, continúa. Cincuenta años dejan de pesarme.
Una semblanza se escribe regularmente en tercera persona. ¿Hasta dónde es una falla en el compromiso adquirido? Ha escrito varios libros de teatro. De poesía se le conoce menos. En lo más reciente de narrativa publica un libro de cuentos.
Y si cuento, mejor te cuento es ese recorrido por tiempos, como estaciones de un ferrocarril transoceánico. Recorrer mares a partir de vías como atravesar montañas con casas fabricadas en éstas. La magia nos acompaña porque somos seres creativos, sí, para robarme esa frase de todas las mañanas.
Es una edición con foto incluida. Una foto con recuerdos muy personales, cuando mi gata, la decana de casa se la robaron. En este país hasta los gatos son secuestrados. Después de dos semanas regresa a casa luego que unos vecinos la rescataron de donde la tenían.
Cada libro es una vida. Un fragmento en la vida de alguien. Tanto de quien lo escribe como de quien lo lee. El libro, dignamente publicado en enero de 2021 por Editorial Ariadna, es un canto a la tradición del México de las fábulas y los cuentistas.
¿Y qué decir de ese intento de lectura de la sociedad en los libros Mosaico teatral y Telares del método teatral, también de Ariadna con su exclusivo Hilo que vuela en multicolores aromas de quien nació en el año de 1954 por la Calle de Constancia, la vía frontera entre el Barrio de Analco y el de San Felipe de Jesús? Simbiosis cultural entre el pasado indígena y el mestizaje. Analco, el barrio indígena absorbido por la urbe.