Testimonio:
A través de Facebook pude saber acerca del Premio Ariadna de Poesía, no recuerdo exactamente si fue en un anuncio o en una publicación dentro de un grupo literario, pero fue en esa red social donde me enteré.
En los últimos meses, no solamente empecé una disciplina en la escritura, sino también a buscar convocatorias y publicaciones. Eran y siguen siendo un reto para mí, intentar una y otra vez participar en diferentes medios literarios y exigirme con las fechas y con la calidad literaria de mis escritos. Entonces, escribía como si fuera “bajo pedido” y bajo los lineamientos y temáticas de cada convocatoria, lo cual me llevaba a explorar otras temáticas para los poemas, intentando no caer en el estrés sino disfrutando de un nuevo verso inédito y tan lleno de potencial metafórico.
Realmente la pandemia ha sido un cambio de ritmo total para mi vida. Por un aspecto, ahora tenía un ahorro de tiempo debido a los transportes y el metro que utilizaba para llegar a la Facultad, en Ciudad Universitaria. Por ello, vi una oportunidad que no tenía antes, una posibilidad para desempeñarme en otra área fuera de lo escolar, pero relacionado a mi carrera de Literatura. Así que empecé a leer más y, por consecuencia, a escribir.
Los textos nacieron con la convocatoria. Ya tenía la idea de “Los vicios del alma según Evagrio” pero todavía no tenía nada escrito antes de la convocatoria. Cuando la descubro y cuando me propongo a entrar, empiezo con la escritura de los poemas, con la exigencia de la temática, en este caso, de los pecados propuestos por Evagrio Póntico.
Ahora que puedo ver este reconocimiento y junto con otras de mis publicaciones anteriores, puedo apreciar lo valioso que puede llegar a ser un verso para mí y para un lector. Realmente la escritura es un compromiso y una disciplina, un descubrimiento a cada paso y, en lo personal, ahora es una manera de sentir el gozo al alcance de un verso.
Las convocatorias literarias son una gran oportunidad e incentivo para los poetas. En lo personal, seguiré buscando convocatorias para que la poesía se mantenga inextinguible en mi vida y en el ámbito literario en general.
Me siento agradecido y honrado con Editorial Ariadna por la oportunidad que me han dado, de escribir poesía y ser leído, y no sólo a mí sino también a todos los que se integrarán conmigo en esta antología del Premio Ariadna de Poesía 2020. Creo, con firmeza en la actualidad, que nuestra labor como poetas continúa. La poesía es un campo aparentemente infravalorado pero que, en realidad, es todavía ilimitado e inexplorado. Y tal es nuestra misión: superar la percepción habitual que se tiene de la poesía y situarla por encima de cualquier arte, un paso adelantada a la música. Trastocar el lenguaje, desarticular la realidad: la poesía salva.